Flamen
Sacerdote romano que formaba parte del colegio de los flamines. Eran los sacerdotes más prestigiosos de la Antigua Roma, equiparándolos a los pontífices.
La institución de los Flamines surge con el reinado de Numa Pomplio (716-674 a.C) viendo peligrar su existencia en el periodo tardo-republicano (133 a.C-27 a.C). Con la reforma religiosa llevada a cabo por el emperador Augusto, la institución se adaptó a los intereses de la política imperial. El Flamen ocupó el cargo de sacerdote al servicio del Estado, el cual hacía sacrificios al Emperador.
El origen de su nombre hace referencia al soplo (flatus) con el que se encendía el fuego sagrado del altar del dios al que estaban consagrando. El Flamen se consideraba como la estatua viviente del dios al que preaban sus servicios. Todo aquello más allá del Pomerium (es decir, del recinto amurallado y sagrado de Roma) era espacio contaminado y el Flamen debía mantener distancia. Para el Flamen estaba prohibido tocar a un muerto, presenciar un entierros o ir de luto, entrar en contacto con animales asociados al mundo de los muerto, como el perro, el caballo o el ciervo, así como tampoco les era permitido comer alimentos crudos ni habas (debido a sus propiedades de ahuyentar malos espíritus) y no podían ausentarse más de una noche de la ciudad donde estaba el templo de su dios.
El Flamen se caracterizada con ser sagrado e inviolable y, esto se manifestaba con una serie de símbolos y rituales como no poder llevar anillos o no tener ningún nudo o lazo en su ropa.
El Flamen contaba con una serie de privilegios:
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Estaban exentos de trabajo, de servir en la guerra o de trabajar en un cargo público.
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En su aseo personal solo podían utilizar bronce y los restos de sus uñas o cabello se enterraban junto al árbol felix, es decir, el árbol protegido por los dioses.
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Vestía con un manto púrpura (laena) tejido por la flamínica y encima llevaba la toga praetexta en los sacrificios y su propio manto color azafranado.
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Se diferenciaba de otros sacerdotes por la mitra coronada con una rama de olivo.
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El Flamen siempre debía de llevar la cabeza siempre cubierta con un gorro y, si durante el sacrificio se le caía, se le expulsaba inmediatamente de su cargo.
Hay tres tipos de flamines mayores y doce de flamines menores. Cada uno era asignado a una divinidad. Los flamines mayores eran:
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Flamen quirinalis: Dios Quirino.
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Flamen martialis: Dios Marte.
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Flamen dialis: Júpiter.
Los menores se asociaban a divinidades como Ceres, Vulcanos, etc.
El flamen más importante era el Flamen Dialis que era el Alto Sacerdote de Júpiter, es decir, el cargo más importante en la religión del Imperio Romano. Tenía una serie de privilegios como que se consideraba emancipado del control paterno y se convierte en sui juris, era el único se los sacerdotes que vestía el albogalerus y tenía derecho a ser escoltado por un lictor, usaba la toga praetexta, a la silla curul y se sentaba en el senado romano en virtud de su oficio.
Matrimonio entre Flamen y Flaminica Dialis:
El Flamen Dialis debía casarse con una mujer virgen mediante el rito del confarreatio, que era una antigua fórmula patricia de matrimonio entre romanos en la que se deseaba que sus descendimientes fueran vírgenes vestales o flamines de Júpiter. Al ser imprescindible la ayuda de la mujer para algunos ritos, no estaba permitido el divorcio y, si ella moría, el Flamen Dialis tenía que dimitir obligatoriamente.
Esta pareja de Flamines era símbolo de la piedad conyugal, y ella el ideal de matrona romana: casta, púdica, tejedora, ya que le tejía el manto púrpura de lana a su marido, univira (de un solo marido) y unicuba (de un solo lecho)
